jueves, 22 de julio de 2010

Serie de cuentos Ni Gatsu y sus aventuras!




Ni Gatsu

Luis Brotons

“Ni Gatsu” o noviembre, debido al mes en que nació, era un precioso grillo de escasas tres semanas de edad, y esto en la vida de los grillos se puede entender como la de los adolescentes humanos. En una plática con sus amigos, alguien le mencionó que el tiempo de los cerezos en flor había llegado y que el espectáculo que proporcionaban los pequeños árboles despertaba la admiración del mundo entero.

Como Ni Gatsu era un grillo aventurero que se enamoraba fácil de todas las maravillas ofrecidas por el universo, y no dudó ni un instante en dejar su jardín de árboles de magnolias. Nuestro grillito no sólo era aventurero, también llegaba a ser terco y poco caso hacía de lo que sus mayores le decían - Se paciente, de día hay muchos autos y gente -le advirtieron-.

Salió del jardín en pocos minutos, y de pronto se encontró con una gran avenida que le dificultaba llegar a su anhelado bosque de cerezos. Al otro lado se podían ver las copas de los árboles cubiertas de rosadas y minúsculas flores. Lo cual aumentaba sus ganas por llegar. Ni Gatsu, saltaba, volaba y hasta corría con sus torpes piernas hechas para el brinco y no para la carrera.

Su mirada estaba fija en los floridos cerezos, sólo le importaba llegar ahí lo más pronto posible. El éxito de su aventura era seguro, pensó, pero de pronto lo envolvió una terrible oscuridad. Ni Gatsu comenzó a brincar y nada más topaba con paredes por todos lados. En unos instantes se sintió trasladado en una especie de prisión y le era difícil respirar. Al cabo de unos minutos, sintió cómo su cuerpecito era tomado por un niño quien lo colocó en una pequeña caja cilíndrica de metal plateado. El chiquillo colocó algo de alimento en el fondo y durante horas sólo se dedicó a observar al pequeño grillo.

Nunca vio los cerezos en flor. Sólo consiguió el peor destino de un grillo: ser una mascota para la suerte. Sus fuertes piernas no volverían a dar esos saltos que tanto amó, en su lugar, unos escasos brincos y dos o tres pasitos en su claustro y en la oscuridad. ¿Sus magnolias habían vuelto a florear? ¿Los cerezos esperarán hasta lograr salir de ahí?

2 comentarios:

  1. Luis Brotons;

    Sigo creyendo que la idea de "piernas hechas para el brinco y no para la carrera" es una idea estupenda sobre la que hay que "tirar" en esta historia.

    Platicaba ayer con Ana y tiene un personaje de "Luciérnaga" que podría venir bien en este cuento. Sería interesante que lo escribieran a 4 manos...

    Un gusto leerte!

    GBo

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  2. Gracias Gabriel. Creo que la vida de Ni Gatsu llega a su fin, debo ir para adelante si no quiero morir en este arte. Saludos

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