lunes, 12 de abril de 2010

Morir o vivir el 12 de abril del 2010

Me llena de envidia el viento pues con él llego a donde está la música más bella. Los paisajes, los decires, los bosques y las flores. También están los llantos, la amargura y en ocasiones hasta los cadáveres.

Hoy fueron 3 más en Morelos. Ya ni cuentan los muertitos pues resulta que ya no son noticia. Y las noticias como que se retuercen cuando no pueden determinar quién mató a la pequeña niña indefensa. ¡Cuánta saña, Dios mio! Y luego, luego, sospechamos no ya sólo de los familiares, sino de las autoridades. ¿Qué será que nos hacen siempre dudar de ellos? Pero eso si, nos dice el secretario de salud que estamos gordos y lo retratan haciendo ejercicio al clausurar nuestras democráticas playas y; ¡Oh sorpresa! tremenda panza de asiduo consumidor de tacos de buche, nana y demás mexicanísimas golosinas que nos tienen como una de las más gordas poblaciones del mundo. Incluido yo, por cierto que sigo con mi dieta y mis hambres, más no mis hombres.

De lo cotidiano puedo observar que siendo que ahora ya será un delito eso de la piratería, como que aparecieron más y más puestecitos de venta de esos productos. Tal vez siempre habían sido los mismos pero el caso es que yo los veo más numerosos y quiero entender que tal vez se debe a que ahora tienen que acabar con toda la mercancía antes de que en serio los entamben por estar vendiendo sus discos y películas ya que luego no van a venderlos más. ¿Qué ingenuo verdad? Mientras seamos un honroso país de esos que elegantemente llaman de economías emergentes, antes en desarrollo y más atrás del tercer mundo, pues no queda más que la venta clandestina de lo que se pueda o de lo contrario caer en el secuestro, el delito y esas linduras que permiten a tanta y tanta gente tener una vida acomodada y no tener que sujetarse al salario mínimo que prevalece aún hoy en día en muchísimos negocios, fábricas, changarros y demás aunque las autoridades digan que sólo sirve para tasar las diversas multas que se aplican en diferentes reglamentos y leyes que intentan organizar nuestro destino como país.

Pero hoy sigo sorprendido de cómo el PAN hace alianzas no sólo con su rival más peleonero el PRD, sino que también lo hace con el partido de la Convergencia y todos los antes seguidores del Presidente que se auto denominó como legítimo. ¿Será cierta esa consigna de que cada país tiene el gobierno que merece? Y tristemente me atrevo a reconocer que si, que es cierto. Pero luego me llena de asombro cómo es que los que antes me enviaron miles y miles de correos defendiendo a Felipe Calderón en la tan igual campaña presidencial ahora lo critican con mucha fuerza y bueno, hasta coraje. Me dan ganas de contestarles a esos sus ex seguidores y defensores: "Conste que yo no voté por él" pero ya ni importa. Finalmente es quien nos gobierna y grita que deben morir los monopolios y se destapa como un acérrimo enemigo de ellos y que deberán terminar con ese tipo de negocios que lo único que hacen es evitar el libre mercado. ¿Quién le dictará la tarea al presi ahora? ¿Sigue metiendo sus manotas el FMI? ¿Ahora si ya vamos a emerger de veritas? ¿No existían ya leyes y hasta una secretaría que reglamentaba eso?

Mientras siguen cerrando changarros que al menos ocupaban al dueño, a tu tía y tal vez hasta a algún empleadillo que dotado de una moto iba a ganarse la propina en las entregas, ya que el patrón sólo le da chance de usar la moto y que se gane lo que bien le caiga de los clientes ya que ni Seguro Social, ni impuestos, ni algún tipo de garantía le ofrecería a su chalán. Hoy fue la papelería donde solía hacer mis fotocopias, lo malo es que ya no hay una fotocopiadora cerca y bueno, tampoco podré ver al chavo que la atendía que no tenía tan malos bigotes. Eso si, ni me saludaba, yo creo que por miedo.

Y de nuevo sin luz en la zona y por lo mismo, a subir 9 pisos para llegar aquí. Yo se que lo hacen por nuestro bien, no es que estemos en el tercer mundo, no es que seamos tan atrasados como Haití o Ghana. No, más bien es porque necesitamos ejercitarnos y bajar la panza. Me fastidia porque yo ya había hecho mis 40 minutos de caminata apresurada que en teoría me deben funcionar para mi bienestar y mi afán de adelgazar. Y cuando se va la luz lo hace por horas aquí en mis rumbos de Tlalpan. Y entonces a perder más en nuestra productividad. Los negocitos no pueden trabajar normalmente, los semáforos no nos ayudan a cruzar a los peatones. Yo no puedo ni revisar mi correo y como la batería de la lap top no resulta eterna pues tampoco puedo dedicarme a escribir o a trabajar en mis otros asuntos.

Y vino Gabriel de nuevo desde Finlandia. Mis amigos mexicanos que se han ido tan lejos a vivir como que olvidan que son mexicanos del todo y comienzan a mirarnos con la lupa de su civilidad. Que si se vende mucho artículo pirata. Que si los peatones no esperamos a que el semáforo peatonal indique luz verde para poder avanzar. Que si la basura, que si el metrobus no llega con la frecuencia adecuada y vengan muchas veces hasta el tope los modernos autobuses. Que si debieran existir multas por cruzar en la mitad de la calle o se preguntan desde cuándo los automovilistas han decidido aventarse a los peatones en las esquinas y sitios destinados para caminar. Todo les choca. Y yo muchas veces veo los rostros de esos o esas para decir como en la modernidad política y me excluya de la realidad del lenguaje, y descubro en esos rostros a quienes han visitado en un par de ocasiones otros países, generalmente del norte del nuestro y lo que más les sorprende es "el respeto por los peatones" que en esos momentos es lo que generalmente llegan a ser pues ahí carecen de sus automóviles. En fin, nos dicen en sus crónicas de viaje que allá si se respeta al peatón. Claro que aquí ellos mismos no lo hacen, nos llaman nacos a quienes caminamos, a quienes no llevamos un BMW o similar. No, esos no sólo no respetan al peatón, sino que avientan la basurita por sus ventanillas o hasta vacían el cenicero del auto en la banqueta donde se estacionan pues ya el coche huele horrible. Y yo siempre preguntándome si nunca son ellos peatones. Si en algún momento no deben abandonar el vehículo y hasta caminar. No lo se. Tal vez siempre los recoja un valet parking en sus rutinas diarias, o tal vez les pasa a buscar otro vehículo para llevarlos hasta la puerta principal como pude observar el otro día en Perisur que ya no tienes ni que caminar desde tu coche a la entrada principal.

Inútilmente trato de explicar a mi amigo Gabriel, el que se fue a Finlandia, que el problema está en que la mayoría de los automovilistas aprenden a conducir en condiciones nada formales. Que en realidad nadie o casi nadie conoce el reglamento de tránsito y que yo aún dudo si lo conocerán los agentes de tránsito o al menos el espíritu que en dicho reglamento pudiera existir. Espíritu ecológico, de protección al menos afortunado o "descochado", etc. Le digo que no hace más de dos meses se determinaron las prioridades dentro del tránsito en la ciudad y que el peatón quedó en el primerísimo lugar, seguido de las bicicletas, los vehículos hasta llegar al camión de carga que ostentaría el último lugar. Pero quién sabe de estas zarandajas cuando de mostrar que se es veloz y osado se trata. De agandallar, de avanzar, tranzar y mostrar superioridad.

Y esta es una época llena de comodidades. Vivimos en jauja. A veces pienso lo asqueroso que debió haber sido vivir en la edad media. Al menos que no pertenecieras a la aristocracia, que es lo más probable, vemos en el cine esos palacios, esas pelucas, vestuarios, carruajes y demás. Pero no sabemos cómo vivía el chófer del landau. No sabíamos cómo era la vida de la mujer que tenía que trabajar en el castillo para mantener a 6 ó siete chamacos y que su marido había abandonado en mitad de una orgía de pasión con otra adolescente por conquistar. No sabemos todo eso de que el popular "aguas" se refiere a la época en donde por el balcón se vaciaban las bacinicas con los detritos ya que no existían drenajes, ni sistemas profundos o wáteres como los de hoy. No, eso era le época de los bisabuelos, los tatarabuelos y más atrás. Ahora vivimos en la total comodidad. Hemos progresado gracias a tantos y tantos programas sexenales que he escuchado desde mi más tierna niñez. Pero las cosas no siempre son así. No todos vivimos como en colonias donde los baches y la falta de luz son lo más común. No, aún he visto en este nuestro país. Poblados sin drenaje, poblados sin más oportunidad y desarrollo para las personas que el que sus tres puercos, la docena de gallinas y una que otra milpa que cultivar y que significan todo su capital les puedan proporcionar. Ahí sigue habiendo tierra, olor a fetidez, agujeros para orinar y defecar. Chamacos infectos por compartir la habitación con alimañas de corral, o chiquillos abusados por la proximidad de los genitales paternos que en medio de la ebriedad buscan receptáculos en la habitación y cama donde todos deben descansar. Y sorprende que mientras eso sucede, el gobernador del estado sea el que más dinero gana de todos los gobernadores del país. O que la mujer del mismo haga viajes a Europa para comprender mejor la chamba y responsabilidades de su marido. ¿Y a eso llamamos progreso? Pero claro, la respuesta a todo está en que el problema es de educación. Que si la gente es mal educada, que si nadie lee. Que si la gente es floja y demás. Pero y la educación de quién es responsabilidad? ¿Quién la suministra? ¿Quién garantiza que el proceso en verdad signifique un aprendizaje, un desarrollo? La maestra y sus profesores. Todos, todos reprobados sin ningún pudor.

En fin, este es el México que ahora nos tocó vivir. El México del desarrollo. El mejor país dicen muchos, de latinoamérica, una de las más grandes economías en el orden mundial. El país de los grandes millonarios de Forbes, el de la magia, la creatividad, el ingenio, la trácala, el agandalle, la superioridad racial que nos hace cantar a gritos que aún muriendo lejos de aquí nos vuelvan para descansar entre los brazos de ese gran amor. Y qué bueno que estamos en la aristocracia de nuestra sociedad; ¿verdad? lo único que nos preocupa es que no llega la luz para usar el internet y tendremos que bajar a pie ya que no hay elevador. Esa es tal vez la nueva aristocracia con sus desposeídos del México de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario